9.30.2006

Felicidad material

La felicidad material, aunque efímera y esporádica, resulta a primera vista,un sentimiento hermosísimo.

Me regalaron un amplificador y soy realmente feliz

9.08.2006

(sin título)

Corría a la velocidad de la luz. No pudo siquiera ver su cara; Aún así, sabía que era ella. Martín estaba afligido. Despreciaba a todo aquel que caminase apresuradamente. Pero ella no caminaba apurada; Ella corría.

Candela-así se llamaba ella- era su vecina. No era vecina de su edificio .Tampoco del contiguo. Pero él sabía que ella vivía en Brasil 652. Se cruzaban casi siempre. En la panadería,en Constitución y en el kiosco. Candela le parecía hermosa. Tenía facciones raras pero él amaba cada una de ellas. En alguna oportunidad Martín supo sacarse el reloj para preguntarle la hora. Su voz era nítida,perfecta.

Hubo un día en que la joven mujer tropezó. Martín instantáneamente cruzó de vereda para socorrerla.
-Estás bien?
-Sí, gracias...eh
-Martín, un gusto.(Mientras recogía unos papeles del suelo)
-Candela
- Vivís por acá, no? (él estaba nervioso. Era obvia su pregunta,se veían a menudo)
-Sí sí. Me tengo que ir, gracias enserio.No te hubieras molestado...

El encuentro había sido fugaz. Martín llegó increíblemente contento a su casa. A partir de ese momento podría saludarla cada vez que se vieran. No podía esperar hasta el día siguiente. A eso de las ocho de la noche,decidió ponerse a prueba. Bajó dos cuadras. Brasil 652. Se olvidó de toda posible timidez. La puerta era larga, antigua. Había un sólo timbre. Mientras vacilaba, un joven alto, buen mozo, arremetió conta el timbre con fuerza. Martín no tuvo otra alternativa que correrse. Para su alegría,efectivamente, Candela vivía ahí. Ella no lo había visto. El muchacho tenía una caja llena de cosas. Pasó y salió a los 10 minutos. Martín seguía espectante.
- Te quiero pedir algo
- Qué?
- No vuelvas a pasar por casa y ni siquiera me llames. (Sonaba decidida)
- Está bien, ni pensaba hacerlo.

Resurgió en Martín una pizca de vitalidad. Ella ya no estaba en pareja. Candela se quedo unos minutos viendo como se alejaba su antiguo amor. Luego sus ojos miraron a la izquierda y ahí estaba Martín que tratando de disimular,prendía un cigarrillo. Se saludaron.
-Estás bien Cande? (Creyó que había la confianza suficiente como para llamarla cande.)
- Enserio enés ganas de escucharme?
- Por que no...
- Pasá. (efectivamente,sí había confianza)

Pasaron seis meses y ahora era Martín el que recreaba una historia del pasado;Tocaba el timbre sosteniendo una caja. Eso había sido todo.

Corría a la velocidad de la luz. No pudo siquiera ver su cara; Aún así, sabía que era ella. El problema era que había vuelto a ser ajena a su vida. Ni siquiera se saludaban en la panadería.