Libre

Soltó la pala. Se secó el sudor de la frente con la manga de la remera. Hacía mucho calor.El sol de las 5 pm que amenazaba con quedarse unas horas más,hacía estremecer a todo ser vivo. Sin embargo el campo estaba tranquilo;Más tranquilo que de costumbre. Mario subió al pequeño y oxidado tractor.Se dirigió a la casilla. Entró, se sacó los zapatos y se sentó en la cocina. La silla hizo un chirrido. Se levantó.Caminó unos pasos y puso a hervir agua para el mate. Se sentó de nuevo y se reclinó sobre la silla. Agarró un diario viejo que estaba sobre la mesa y se abanicó con fuerza. -Vivir en una casilla de chapa en pleno verano es como vivir adentro de una salamandra- Él lo sabía y sin embargo no parecía molesto. Estaba agobiado pero el calor parecía no perjudicarlo. Si bien estaba transpirando, su tranquilidad era inquebrantable.Agarró el mate y se aproximó a la abertura de la casa;Sí,no tenía puerta.Era sólo una abertura. ¡¿Qué podía pasar en el campo!?Sus pies renegridos tomaron contacto con la tierra seca. La sequía ya cumplía dos meses de vida en esa región del planeta. Apoyó el mate en la tierra y agarró a una gallina desprevenida. Estiró su cogote y la puso a cocinar. Bebió un vaso de agua y lo sorbió como si fuese el último de su vida. El silencio que azotaba el campo era de otro mundo.

Por eso decidí actuar con cuidado. Tenía todo calculado; sin hacer ruido,agarraría a cualquier animal del corral.Mi intención era crear un cierto caos en la granja. Los animales estaban a unos 50mts de la casa. Me apuré. Me encontraba rodeada de gallinas que comenzaron a picotearme. Desesperada y enojada comenzé a darle palazos a una vaca. Los ruidos viajarían a gran velocidad y yo obtendría mi objetivo. Me escondí entre unos fardos. Y por fin llegó Mario.
Estaba muy tranquilo pero a la vez preocupado;Tenía una vaca menos. Yo estaba a sus espaldas.Corrí e instantáneamente le surtí un golpe en la cabeza con una gran piedra. Su muerte fue instantánea. El plan ya casi había llegado a su fin. Sólo tenía que esconder a Mario. Logré meterlo en el tanque de agua;La poca sangre ya estaba coagulada y no la teñiría. Mario era el único en 400 hectáreas de campo con un tanque de agua.
Yo ya tenía una cohartada: -"Estaba caminando por la ruta, necesitaba un lugar en dónde dormir y me topé con este predio. Como estaba vacío,creí que no habría problema si yo pasaba unas noches acá. Tenía hambre y necesitaba tomar agua" Y eso dije a la policía dos días después de lo ocurrido. Me encargué de notificar la desaparición del dueño de los terrenos. Nadie jamás dudó de mí. Era la nueva muchacha joven y agradable en el pueblo. Como este hombre no tenía familia, por un pequeñísimo monto me adueñé de las tierras.
Después de un tiempo, el agua comenzó a tener un olor y un sabor insoportable. Si se descubría lo que habitaba el tanque,yo estaría en problemas. Supuse que la gente del pueblo vendría a buscar agua.La sequía había destrozado los cultivos y hasta había acabado con la vida de algunos animales y algunas personas. Todo se hubiese descubierto si alguien venía por agua.Yo no podía ofrecer ese agua del tanque. Sin más, ordené la creación de un nevo tanque; uno más grande y resistente. Alegué que el ya existente estaba podrido;que yo misma lo había inspeccionado y prefería construir un segundo tanque. Para mi sorpresa, un día después de la finalización de la construcción del tanque, llovió. Nadie jamás vino por acá. Mario quedó en el pasado y yo libre de culpas. Ahora sólo disfruto del sosiego.