Autobiografía.
Me llamó Oscar. Tengo 50 años y media vida por delante (Estoy totalmente confiado que me quedan otros 50 años)
Dejen que les cuente un poco de mí:
Mis padres Tuvieron que irse de su país. Somos judíos. Yo nací en la Argentina, a diferencia de mis 3 hermanos.Todos concurrimos a la misma sinagoga. Si ya sé, mi nombre no es muy judío. Pero mis padres tenían miedo durante la guerra y bueno...Esa es otra historia.
Tengo 3 hijos de 20,18 y 15 años. Mi esposa falleció el año pasado. Este año estaríamos cumpliendo 24 años de casados. Tenía cáncer de colon y la quimio terminó con ella. Aún así, somos felices. Seguramente sufre menos en donde quiera que esté.
Soy dentista y disfruto mi trabajo; me gusta ver a la gente sonriendo. Todos creen que el dolor ajeno me causa cierto placer.¡Pero por favor! Cómo si fuese divertido y placentero ver a una persona que recostada e indefensa lo mira a uno con cara de terror. La gente no sabe lo que dice. Sin embargo cuando una X persona termina X tratamiento la sonrisa que me dejan es inolvidable. En realidad, con el correr de los años, se dificulta retener tantas caras y tantas sonrisas.Por eso tomo fotografías de todas ellas. Nada martirizante, claro. El antes y el después que proclaman ciertos colegas no me interesa en lo más mínimo. Sólo quiero guardar la expresión de cada uno de ellos cuando el torno, las pinzas y los brackets cesan. Además de coleccionar las fotos de los pacientes -que con gusto se dejan fotografiar- soy un devoto filatelista. No me gusta ir a los negocios que las venden. Es menos real. La filatelia en mi vida es más verídica. No sólo es ir y comprar estampillas. Hace falta escribir cartas; a cualquier parte del planeta. Cuando las contestan la felicidad se duplica. No sólo tengo una preciada nueva estampilla, sino que tengo las palabras de otra persona. Esa la única forma de conseguir estampillas de Mongolia, Marruecos, Islandia,Uganda,Madagascar y Ucrania; No sólo son estampillas selladas sino que están cargadas de sentimientos.
Oscar.
Dejen que les cuente un poco de mí:
Mis padres Tuvieron que irse de su país. Somos judíos. Yo nací en la Argentina, a diferencia de mis 3 hermanos.Todos concurrimos a la misma sinagoga. Si ya sé, mi nombre no es muy judío. Pero mis padres tenían miedo durante la guerra y bueno...Esa es otra historia.
Tengo 3 hijos de 20,18 y 15 años. Mi esposa falleció el año pasado. Este año estaríamos cumpliendo 24 años de casados. Tenía cáncer de colon y la quimio terminó con ella. Aún así, somos felices. Seguramente sufre menos en donde quiera que esté.
Soy dentista y disfruto mi trabajo; me gusta ver a la gente sonriendo. Todos creen que el dolor ajeno me causa cierto placer.¡Pero por favor! Cómo si fuese divertido y placentero ver a una persona que recostada e indefensa lo mira a uno con cara de terror. La gente no sabe lo que dice. Sin embargo cuando una X persona termina X tratamiento la sonrisa que me dejan es inolvidable. En realidad, con el correr de los años, se dificulta retener tantas caras y tantas sonrisas.Por eso tomo fotografías de todas ellas. Nada martirizante, claro. El antes y el después que proclaman ciertos colegas no me interesa en lo más mínimo. Sólo quiero guardar la expresión de cada uno de ellos cuando el torno, las pinzas y los brackets cesan. Además de coleccionar las fotos de los pacientes -que con gusto se dejan fotografiar- soy un devoto filatelista. No me gusta ir a los negocios que las venden. Es menos real. La filatelia en mi vida es más verídica. No sólo es ir y comprar estampillas. Hace falta escribir cartas; a cualquier parte del planeta. Cuando las contestan la felicidad se duplica. No sólo tengo una preciada nueva estampilla, sino que tengo las palabras de otra persona. Esa la única forma de conseguir estampillas de Mongolia, Marruecos, Islandia,Uganda,Madagascar y Ucrania; No sólo son estampillas selladas sino que están cargadas de sentimientos.
Oscar.
posted by gugui at 12:13 AM
2 Comments:
Cumplí. Leí. Me entretuve. Me gustó. Lo disfruté. Copado. Me voy.
¿Filacartista? El dentista filacartista. Usted no me engaña, escribe las cartas CON LA EXCUSA de recibir las estampillas, pero usted lo que quiere es escribir, en perfecto español -claro esta- y que un ukraniano no le entienda ni jota. Usted quiere que preocupado, el señor Ukraniano recurra a su vieja biblioteca buscando un diccionario "ukraniano-español" y que una a una vaya descifrando sus palabras de dentista porteño con ascendencia judia. Quiere leer la carta de respuesta, la reaccion de un ukraniano X, a una carta sin motivo pero con mucho sentido. Quiere correr usted al diccionario español-ukraniano. Aunque aveces, seame sincero, usted ni se gasta. Porque sabemos muy bien que usted disfruta ver esas letras que de no entenderlas ya parecen dibujos, fantasear que puede ser un gran insulto, un pedido de explicacion, o quien sabe. Y ni hablar cuando un ukraniano, mongol o esloveno se toma el trabajo de escribir su carta de contestacion en perfecto español. Ahi usted siente que su tarea esta realizada. Pega la estampilla en su album como el cazador que cuelga la cabeza de su presa sobre la chimenea, o como el dentista que le saca la foto a sus pacientes al finalizar el tratamiento.
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